Lo que hay que ver…

María-Teresa Piedrafita Gistao · Marbella (Málaga) 

Cuando me llegó la cédula de citación para un juicio de faltas, creí morir. Menos mal que mi sentido del humor me hizo ver ésto como una experiencia más que añadir a la dilatada carrera de obstáculos que es mi vida. Vivida con pasión, según mis amigas. Y no hago inventario de mis 60 años, para no salirme del patrón, pues con 150 palabras no tendría ni para el título. Encima –esto tiene guasa– el demandante es el vecino del quinto a quien pillé meándose en el descansillo de mi piso. Dice que le agredí con un ladrillo, pero ¡que vaaaa!, le metí un viaje con la bolsa de la compra y si perdió un par de dientes sería porque ya los tenía mal. ¡Con un ladrillo dice que le arreé! Nada de eso. Ah, bueno… creo que en la bolsa iban unas latas de tomate de las de kilo.

 

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