EL INGENIOSO HIDALGO AD-VOCATUS

Mª Luz Aguilera Bermúdez · Torremolinos (Málaga) 

En un país muy cercano de cuyo nombre no puedo olvidarme, residía un hidalgo de toga negra y código en mano. El día de la ironía, el Rey Cactus vino a promulgar su ley más absurda. Decidió que los derechos de los personajes de cuento habían finalizado!. Indefensos, llamaron en auxilio al ingenioso hidalgo Ad-vocatus, quien a fuerza de pragmáticas demandas consiguió que el Alto Tribunal de Cuentilandia reconociera al Patito Feo el derecho a la igualdad, aunque fuera diferente. Al Soldadito de Plomo el derecho a la sanidad, pues le faltaba una pierna. A los tres cerditos el derecho a una vivienda digna, y la Sra. Justicia obligó al lobo a indemnizarlos. Caperucita Roja tenía derecho a la educación, así que fue admitida en la Escuela del Bosque”. – Mamá, de mayor quiero ser abogada -sentenció la pequeña mientras, a medio cuento, caía rendida en los dulces brazos de Morfeo.

 

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