El convenio

Lita Rivas Folgar · Teo (La Coruña) 

Para este año 2014 he decidido que mi renovado propósito de mejoras en el hogar tenga el respaldo de un acuerdo de obligado cumplimiento, bajo la fórmula “juro”. Así que mi marido y yo firmamos un convenio, cuyo objeto es el reparto equitativo de las tareas domésticas. Se podrá reclamar, como paso previo a la denuncia, ante una comisión mixta de seguimiento, integrada, entre otros, por las respectivas suegras. El convenio establece un calendario de actuaciones. Pero el año empieza mal. Él se empeña en considerar que, cuando le corresponde cocinar, es lícito encargar la comida y cuando me toca a mí tengo que ser una master chef. Detecto grandes dosis de malicia, así que denuncio el convenio por perjurio, ante la comisión, que acaba enzarzada en una pelea monumental. El opta por la demanda de divorcio. Salgo ganando. Soy letrada, económicamente independiente y sé cocinar.

 

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