Imagen de perfilHUELGA USTED MAÑANA

Gonzalo Arance Gil 

A las puertas del verano,
con un calor de justicia,
y las plantillas en huelga,
esperaba en el juzgado,
con semblante de ira y envidia,
a que el juez apareciera.

« ¿No sería oportuno…?»,
preguntó el juez, muy amable,
« ¿que se avinieran a pactar
antes de las elecciones?»

«Estamos a veintiuno»,
contesté también afable,
«así que no cabe esperar,
que el litigio finalice
sin irnos de vacaciones.»

«Por lo menos los letrados
os mantenéis firmes, Ramón.»

«Me disculpe, señoría;
no somos los indicados
para presumir de lección
ni de ganar simpatía.
Pero lo aseguro yo a usted
que ponen contra la pared
a miles de ciudadanos,
al dejar sin solución
sus problemas cotidianos.
Y los que piden comprensión
no asimilan todavía
que, más que en juego la razón,
y el valor de la abogacía,
es la propia reputación
de tan valiosa institución
como es, señor, la justicia.»

 

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