Imagen de perfilLA MASCOTA

LOURDES ASO TORRALBA 

Cuando llegué del bufete, ella reptaba por el pasillo. Mi mujer me la presentó como Adolfina, la mascota ideal porque lo mismo servía para dar un masaje en la piel, que para lucirla al cuello en las aburridas cenas de abogados. Aunque intenté disuadirla por su peligrosidad, reía diciendo que nadie me había dado vela en ese entierro. Hasta que se le escapó entre los vestidos del centro comercial. Leí la demanda y sentencie que cualquier Juez iba a decretar el caso como nulo porque a Adolfina no le habían advertido que tuviera reservado el derecho de admisión. Una semana estuvo el llamativo cartel «serpiente peligrosa suelta,por su seguridad, no entrar» El día del rescate recibimos una importante suma económica. Adolfina también servía para pactar sin llegar al juicio. Que no la dejaran probarse las prendas antes de pasar por caja,aparte de discriminación ¿era delito?

 

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