Juego de rol

Elisa García García · Burgos 

Era un hombre calvo, circunspecto y siempre vestía de negro, como su padre. Había consagrado su vida al ejercicio de la abogacía, también como su padre. Un día se acercó a la biblioteca a consultar cierto tratado de Derecho Mercantil para la mejor defensa de un cliente que mantenía un contencioso con una empresa de mudanzas de Estocolmo. Al extraer el volumen, de repente sintió sobre su despejada cabeza todo el peso de la Ley, concretamente el del Código de Derecho Marítimo que reposaba en lo más alto del infinito estante. Nuestro serio amigo despertó aturdido en la cama de un Hospital, un melenudo payaso con la cara pintada y chaqueta de color limón lo observaba preocupado. Menudo fantoche, pensó, pero le resultaba familiar; el abogado intentó recordar. Entonces el payaso le habló: ”Cuando me avisaron estaba aquí, entreteniendo a los niños en cirugía; subí a verte enseguida, papá”.

 

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