El beso

Ignacio Grau Grau · Valencia 

Me lanzó un beso, sí, la Juez me lanzó un beso justo antes de decirme: – Letrado, no admito informes orales en los juicios de faltas, no suelo escuchar a la acusación particular. En otro supuesto, empuñando mis códigos, habría alegado nulidad de actuaciones. Era inexperto pero no un payaso. Me lanzó un beso y una sonrisa fresca como el limón granizado ¿Para qué contradecirla? La Fiscal acababa de pedir condena. Atravesaba el Rubicón; amor judicial, amor fiscal, amor de mis clientes, solo restaba amor del fedatario. No era un sueño, o sí, pero no podía desvanecerse. Iba a ganar este contencioso millonario con lo que pagar mi mudanza. Aprecié esos gestos de complacencia. ¿Por qué no? Era joven y astuto, y SSª joven y hermosa. La Autoridad lo tenía claro. Iba a ganar, lo juro, seguro que sí, iba a ganar: perdí. Leyenda: Cuidado con los cantos de sirena.

 

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