EL JURADO

José María Alonso Martín · Málaga 

No había pegado ojo, dándole vueltas al caso, tumbado en la habitación del hotel.

Su reacción al ser nombrado como miembro del jurado había sido inicialmente fría, pero había tomado conciencia: por fin se sentía útil desde que se quedó en el paro.

Había tenido algunas dificultades para entender el contenido de la notificación que había recibido semanas antes en su domicilio y tuvo que buscar en el diccionario el significado de coerción.

Ya se imaginaba abriendo el sobre que contendría el veredicto.

Se levantó temprano y llegó el primero. Y no llegó nadie más. La funcionaria del juzgado se lo aclaró: lo ha entendido usted mal, esto es una simple comparecencia a la que está citado en calidad de testigo.

Tendría que esperar a tener mejor suerte para ser miembro del jurado.

 

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