LA PACIENCIA, VIRTUD DEL BUEN ABOGADO
Paloma Hidalgo D Cuando recibí el mensaje del bufete, me preocupé. Las reuniones urgentes suelen comunicar malas noticias. Mi desazón aumentó cuando entré en la sala de reuniones y vi la urna sobre la mesa, con varios papeles dentro. Mi jefe me instó a depositar mi nombre en ella. Salí hacia mi despacho intentando hacer un análisis de la situación, quizá, debido a la competencia cada vez más feroz, los resultados no habían sido los esperados por los socios, y querían despedir a alguien y…Llamé a mi mujer, le conté mis temores, y le pedí que anulara la reserva que habíamos hecho para vacaciones en ese hotel tan cuco de la Costa Brava. Y empecé a escribir mi carta de dimisión, mejor prevenir que curar. Hoy , al ir a la oficina del paro, me he encontrado con Anselmo, estaba feliz, salió su nombre, después del mío, y le iban a hacer socio.
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Ok, mi voto y suerte otra vez, contrincante
Muchas gracias Diego, ahora voy a leer el tuyo!
No te esfuerces en buscar, Paloma. Todavía no he acertado en el tono, quizá demasiado reivindicativo en lo social; pero disfruto leyendo los vuestros.
Anda que no le va a hacer falta paciencia en el paro. Pobre.
Suerte, Paloma
Sí, Margarita, le va a hacer mucha falta esa paciencia, pero mucha, y lo malo es que anda justito de ella…
Gracias!
La paciencia es una virtud; precipitarse, un gran error. Ya lo decía Cela: «El que aguanta, gana».
Eso de ponerse la venda antes de la herida puede parecer prudencia, pero no siempre es recomendable.
De una forma o de otra, me cae bien tu personaje, no sabría decir por qué.
Un abrazo, Paloma.
Muchas gracias Ángel, a mí también me cae bien este pobre
Paloma, muy buen relato y sobre todo ese título que lo redondea.
Mucha suerte.
Un abrazo.
Javier, muchas gracias! Dicen por ahí que la paciencia es un tesoro, el protagonista de este micro tiene mucho que aprender en esa materia.
Un abrazo.
Enhorabuena, Javier, por tu relato en cadena de esta semana. Curioseo por ahí.
Buenos días, Paloma, Hay que ver las jugarretas que nos hace la vida si no tenemos la suficiente paciencia. Muy buen relato.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos.
Personalmente creo que practicar eso de ser paciente, de dejar que el tiempo mueva sus fichas, es harto difícil, muchas gracias por tu comentario, Pilar, y por tu voto.
Un abrazo.
Vale, me ha gustado. Mi voto para tu impaciente.
Él y yo te lo agradecemos mucho, Esteban.
Deberíamos aprender, en efecto, Paloma, la ciencia de la paciencia. ¿Pacienciología?
Suerte.
Cuando era cría me repitieron muchas veces eso de que la paciencia era la madre de la ciencia, quizás algo sí que consiguieron con tanto machaconeo…
Gracias, Manuel.