Imagen de perfilCuando un asunto afecta en demasía.

Sanaa Kassemi Serroukh · Madrid 

Aún resonaba en mi cabeza la frase de aquel indeseable: “No menees más el asunto”. Yo no meneo el asunto, trato de ser fiel a mis valores.

El tiempo se agotaba. El número de enfermos aumentaba, la pandemia se había extendido. Aparecieron los primeros muertos en una pradera, cerca de El Colosal.
No se trataba de solventar un caso, defender a un cliente, sino del futuro de la humanidad. La gente debe conocer la verdad. Fui testigo de la reunión del “G3”. Decidieron disminuir la población para poner fin a las “Guerras del Hambre”. Sólo unos pocos recibieron la inyección que modifica su ADN, permitiéndoles sobrevivir.

¡No puede ser! ¡Nooo! ¡Es el Fin! Abrí los ojos, empapado en sudor, me faltaba el aire. Aturdido, alcancé a apagar la alarma. El tema de la estafa de la farmacéutica me trae de cabeza.

 

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