DESPACHO ZEN Y ZOOM
Juan Manuel Chica Cruz Siempre pensé que mi socio era demasiado tacaño -ahorrativo decía él – hasta que, con el confinamiento y del modo más natural, confirmó mi creencia proponiéndome que con la nueva normalidad deberíamos renovar buscando una alternativa más asequible al despacho. Así fue que nos trasladamos a otro lugar, prescindiendo hasta de la fotocopiadora que consumía mucha energía. – Ahora todo escaneado y a la nube. Nuestro despacho virtual y estilo zen y las reuniones con clientes todas por videoconferencia en plataformas gratuitas -decía mi socio que para terminar de convencerme me mostró fondos de pantalla para reuniones online muy elegantes. Mientras dure la pandemia no está mal -pensé-. El problema será cuando las mascarillas queden en un mal recuerdo y los clientes quieran venir al estupendo despacho que sin filtros y fondos quedará en una mesa camilla con faldillas en invierno y desnuda en verano sobre fondo blanco de pared.
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Me gusta mucho tu relato, Juan Manuel.
Espero que las mascarillas pronto sean un mal recuerdo, aunque no sé yo…
Mucha suerte y mi voto.
Muchísimas gracias, Ana por tu voto, tu comentario y tu deseo. Tu historia ya la comenté ojalá quede las mascarillas de mi micro y la noticia que recibió tu abogado que en eso, un mal recuerdo que borre el tiempo de manera efizaz. Un abrazo!!
Si algo bueno ha dejado este tiempo extraño y nefasto en casi todo es la digitalización y el teletrabajo, siempre que sea posible. Somos seres sociales y es de esperar que cuando llegue la normalidad, la de verdad, lo más parecido a lo vivido antes de esta locura, regrese con ella el contacto personal y presencial, que también tiene su aliciente. Una cosa es actuar por motivos ecológicos y, de paso, sanitarios, o al revés, y otra por una racanería enfermiza. La austeridad y el minimalismo son positivos, pero no como dogma inmutable.
Un relato divertido y del todo acorde con esta época, en el que explicas a las mil maravillas que todo tiene límite y cómo, algunos, aprovechan las coyunturas, o las toman como excusa, para ahondar solo en su propio provecho. Que, aparte, con ello contribuyan a un mundo más sostenible y al bien común, no es que les importe mucho.
Un abrazo y suerte, Juan Manuel
Muchas gracias, Ángel. Aprovecho para darte la enhorabuena por tu micro ganador del mes de marzo. Quizá el socio ahorrativo-tacaño sí dejase un brasero para el invierno.., jajaja. Un abrazo.
Era tan rata el socio, que sin pretenderlo consiguió modernizar el despacho y acercarlo a las nuevas tecnologías. Pero no le durará mucho la tacañería si quiere mantener la clientela. La pandemia nos ha dejado a todos una creciente necesidad de cercanía con la gente, de presencialidad, que me temo no va a poder eludir. Buen relato, José Manuel. Ahí va mi voto. Un abrazo.
Muchas gracias, Isabel por tu comentario y tu voto. Cuando esto de la pandemia se olvide quizás la nueva normalidad sea un escenario híbrido on line y presencial que tampoco está nada mal. Todo en su justa medida. Un abrazo!!
Me ha gustado mucho tu relato, desde el título (intriganteeee) hasta el desarrollo final.
Hay alguans soluciones que no son muy oportunas, a pesar de las pandemias, je, jeee
Te mando mi voto y de paso, un abrazo en zoom!!
Suerteee
Marta
Muchas gracias, Marta por tu comentario y el voto. Todas las soluciones tienen cosas buenas y malas, pero está claro que con la presencialidad el socio tacaño-ahorrativo deberá cambiar y darle otro nuevo aire al despacho… Un abrazo en zoom, meet, o cómo se pueda, jajaja. Besosss.
A lo mejor podemos mantener las partes buenas de esta pandemia, que son pocas, pero las hay.
Una chulada tu relato, Juan Manuel, de título a fin.
Muchísimas gracias, Marta por tu voto y tu comentario tan elogioso. Estoy contigo en que hay que coger lo bueno de cada cosa. Un abrazo.
Jaja , te devuelvo el voto, Juan Manuel. Muy ocurrente y nada descaminada tu historia. Creo que eso le va a pasar a más de uno cuando vuelva la «normalidad». Un abrazo.
Muchísimas gracias, Eva, por tu voto. Un fuerte abrazo!!
Muy bueno Juan Manuel! Me temo que después de la pandemia muchos van a seguir prefiriendo hacer las cosas de forma virtual. Suerte!
Muchas gracias por tu voto y comentario, Wibo. Creo que una de las cosas buenas de la nueva normalidad van a ser «los escenarios híbridos…» tiene sus ventajas. Un abrazo y muchas gracias.
Relato que, con humor, retrata el mundo de lo ficticio, las apariencias y el fraude.
Mucha suerte y un abrazo.
Muchísimas gracias, Lola por tu voto y comentario. Hay que tomarse siempre que se pueda las cosas con humor.
Yo no quiero más nubes que las del cielo ni más pantallas que las del cine… Lo sé, soy un iluso, pero espero que alguna vez volvamos a tener despachos como los de antes, en los que, incluso, las personas al saludarse se den la mano. Espléndido relato, Juan Manuel, fiel reflejo de esta realidad informática que nos envuelve. Enhorabuena, mi voto, y un abrazo.
Nicolás, con tu comentario casi has construido un microrrelato precioso. Qué maravilla leerte. Muchas gracias por tu voto. Un fuerte abrazo!!.
Muy acorde con las circunstancias, la verdad es que tanta tecnología nos ha facilitado seguir con muchas cosas en estos tiempos tan complicados que de otra manera habrían resultado imposibles, pero creo que todos tenemos ganas ya de volver a la vida normal (si eso es posible). Cruzaremos los dedos. Tienes mi voto y un fuerte abrazo, Juan Manuel.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Ana. Las tecnologías nos ayudan mucho, pero cuando nos podamos dar la mano y abrazar casi nos va a parecer mentira como cosas tan sencillas valen tanto. Un abrazo!!
Ocurrente relato y muy oportuno en los tiempos que corren. La pandemia nos ha pegado un giro copernicano en nuestros hábitos tecnológicos. Esperemos que al final nos quedemos en un término medio. Suerte y mi voto.
Muchas gracias por tu voto y comentatario.Opino como tú. Un sano térmimo medio. Un abrazo.
Jajaja, que relato más chulo Juan Manuel! Me ha encantado, te envío mi voto y un beso.
Muchas gracias Laura, por tu comentario y voto. Un beso y un abrazo.
Excelente prosa.
Mi voto.
Muchísimas gracias por tu comentario y tu voto. Un abrazo!!.
También pueden ingeniárselas para ponerles a todos los clientes, con el pretexto de que vivan la “realidad” del juzgado o cualquier otro creíble, unas gafas de realidad virtual. Así no se les caerá el tinglado tan útil para estos tiempos se coronavirus.
Mi voto.
Mucha, y buena, suerte, Juan Manuel.
Seguro. Con algo más de tiempo y pandemias llegarán esas gafas y más cosas, jaja. Muchas gracias, Manuel, por tu comentario y tu voto. Un abrazo.
Ese socio parece que lleva la racanería en su ADN.