Hay algoritmos que matan
Jose Maria Bento San RomanElisa leía, azorada y excitada, aquellos mensaje atrevidos y románticos. Tan sentidos, tan educados y a la vez tan sensuales. Miró furtivamente a su alrededor, no hubiera nadie espiando. Aquello era todo un desafío para aquella joven licenciada en Derecho, ignorada por Cupido, que manejaba torpemente las apps de flirteo. Nadie en el despacho parecía haber reparado en ella, siempre tan eficiente, tan formal. Tampoco habían advertido esa sutil transformación que la había llevado a ser tan atrevida. Elisa hizo clic en el botón de “Conocer mejor a Jorge”, ignoró las advertencias legales que inundaron su pantalla e hizo clic en “concertar cita”. El corazón pareció estallarle, cuando la pantalla respondió al fin: “Este perfil esta creado por inteligencia artificial y no responde a ninguna persona física. Si te gusta este ciberperfil haz clic aquí”. Esa noche, el telediario informó del suicidio de una joven abogada. Hay algoritmos que matan.
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Me parece original y muy bien contada tu historia, si bien algo dramática, jeje. Mi voto. Felices fiestas.
Muchas gracias! a veces 150 palabaras casi te obligan a esos finales tan dramaticos. De todas formas no esta claro que fuera Elisa la suicida jeje. Buenas vacaciones!