El cuento de la criada
Marta Trutxuelo GarcíaQuerida, las campanadas de medianoche vuelven a marcar el plazo, esta vez para solucionar tu caso. Pero primero ordenaré tu expediente: la noche de autos abandonaste tu puesto de trabajo para acudir al baile. Los testimonios de los asistentes coinciden en la fascinación que causó tu llegada, con tu elegante caminar; suscriben que tu baile con el príncipe basculó entre una excesiva intimidad y acoso en demasía; todos concluyen que a medianoche tu huida apresurada y accidentada causó algo más que la pérdida de tu zapato de cristal. Y como pruebas: el susodicho calzado, un edicto emplazando a las jóvenes a probárselo y otro bando que te acusa de traición por rechazar al príncipe. Y aquí está el documento mágico, fírmalo y formarás parte del programa de protección de testigos. Querida Cenicienta; yo, tu “aboghada” madrina lucharé por ti: ¿para qué dejaste de ser una criada?… ¿Para convertirte en otra?
+16
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Qué crudo lo tienes. A las condiciones laborales del servicio doméstico se suma un pleito contra la monarquía y otro contra el empleador. Si esto le pasa a Cenicienta, que no le ocurrirá a los tres cerditos que levantaron su casa sin licencia de obra? Suerte aboghada.
Ja, ja… gracias por la idea de los tres cerditos, muy buenooo!
Me alegro de que te haya gustado!
Suerte para ti también!
Marta
Una nueva visión de un clásico, eso no hay muchos que lo consigan. Me gusta un montón Marta, felicidades. Un abrazo.
Gracias mil, Carmen!
me alegro muchooo
Un abrazo
Marta
Hola, Marta.
Solo a ti se te hubiera ocurrido una aboghada madrina, jajaja. Me encanta la idea.
Ahora, a lo serio: El título, un acierto porque a mí me había hecho imaginar otro escenario, ya sabes lo previsible que soy.
El micro tiene frases antológicas: «la noche de autos abandonaste tu puesto de trabajo para acudir al baile», «tu baile con el príncipe basculó entre una excesiva intimidad y acoso en demasía» y otras muchas…
Genial la reescritura del clásico y la teletransportación al mundo del Derecho.
Esa Marta, esa Marta, eh, eh…
Muchísima suerte y todos estos besos.
Gracias a ti, guapa!
Te vuelvo a felicitar aquí también!
Me ha hecho una ilusión ver que eras tú la ganadoraaaa
Un besazo
Marta
Qué grande eres y qué generosa.
Gracias.
Bueno, Marta. Lo has conseguido un mes más y con absoluta brillantez. le has dado un formidable vuelco al texto clásico. Y esa «aboghada madrina» es todo un hallazgo memorable. Para el próximo tiras de Wendy, garfio y Peter Pan. Y seguro que tú, solo tu, lo consigues.
Muxus,
Gracias mil, Edu!
Me alegro mucho de que te haya gustado!!!
Voy a explotar la cantera de los clásicos, je, jeeeee… ya me estáis dando ideas todos.. mhhhh…
Muxu handi bat
Marta
Los abogados, más que a la asistencia de nuestro decano togado, deberíamos tener derecho a una aboghada madrina, como tu Cenicienta. ¿Le pides que me haga algún favor, querida Marta?
Suerte, y un beso, Martutxu.
Manuel, te mando un hechizo con mi aboghada, claro que sí… pero qué necesitas tú, campeón… príncipe de los relatos???
Gracias por pasarte a comentar… espero tu relato
Muxus
Marta
Un hada madrina muy del S. XXI en estado puro.
Un cuento muy bien llevado a la actualidad.
Oriiginal.
Suerte.
Muchísimas gracias, Olga!
Felicidades también por tu Lorca… muy lírico!
Suerte y un abrazo
Marta
Hola, Marta. Este relato me ha gustado tanto como aquel otro de una bolsa de plástico volando al otro lado de mi ventana. Mi voto y un abrazo