Por fin tranquila

María de Gracia Peralta Martín · Toledo 

El día del señalamiento abría en mí una puerta a la esperanza. No me equivocaba. Por fin se hacía justicia y te condenaron por un delito de homicidio en grado de tentativa. No había posible absolución para ti. Atrás quedaron los días en que me convencías para que no denunciase tantas tropelías. Esta vez Tirso medió por mí, arrebatándote la cuerda con la que intentabas acabar con mi vida. Estarás entre rejas muchos años y solo un dios-mago podría salvarte. Pero recuerda que los dioses-magos siempre están del lado del inocente. Al cubo de la basura he tirado todos tus recuerdos. He hecho trizas tus palabras, tus promesas, y como no, tus palizas. Estas letras quizás las leerás algún día. Las mismas letras que seguro leerán todas las mujeres de España, de Europa y del mundo entero. De momento solo quiero desahogarme y dormir por fin tranquila.

 

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