Fuera de sospecha

Maite Núñez Luque · Rubí (Barcelona) 

El robo fue limpio, sin heridos, ni siquiera saltaron las alarmas del banco. La Interpol buscó al ladrón por toda Europa. Las investigaciones dieron su fruto y por fin detuvieron a un sospechoso. El hombre negó una y otra vez haber sido él el autor del delito. Argumentaba que tenía coartada, que esa tarde había trabajado contratado en un centro comercial entreteniendo a un grupo de niños. Esperó el día del señalamiento, y cuando llegó el juicio, el testigo principal no pudo reconocerle como el culpable porque, según dijo, el ladrón iba disfrazado de rey mago. Así, que el juez no tuvo más remedio que darle la absolución. El hombre respiró aliviado y, una vez libre, se fue a su casa. Cuando llegó, cenó algo ligero, luego tiró los restos al cubo de la basura, sobre la capa, la corona y la peluca blanca de Melchor.

 

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