¿Dormido o despierto?

Lourdes Gómez · Madrid 

Llevo tres meses sin dormir y sigo sin encontrar respuestas. Empiezo a pensar que deberíamos habernos sometido al arbitraje. Llego al despacho y allí está de nuevo, sobre mi mesa, mirándome con esos ojos, penetrante rojo intenso de quien se sabe vencedor y me espera cada mañana para reirse en mi cara; para recordarme que estoy en la última estación de mi carrera, mi última parada; para explicarme que después de ella, no hay nada. Me susurra al oído la fecha de la que será mi última nómina… y fue la pasada. Mi último trabajo en el Bufete: Una querella contra el que hoy es mi antiguo jefe. Un timbre suena a fuego lento derritiéndome el oído desde dentro, descuelgo el teléfono ¿quién es?: – soy tú, despierta -…y despierto. Dormido de nuevo sobre la mesa del despacho, me sonrío a mi mismo. La querella se fue, pero debería trabajar menos…

 

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