Cuento de navidad

Pilar Marco · Zaragoza 

En el Tribunal de Arbitraje se respiraba la época de la estación. Allí no había querellas. Algunos andaban alborotados con las nóminas, otros en una frenética carrera por cerrar el año. Su presidente, ajena a todo ello, sonreía. Y bien, dijo, ¿algún caso más por hoy? No, dijeron sus ayudantes. – Y, entonces, Papá Noel ordenó a los duendes cargar el trineo y cogió la lista de regalos para cada uno de los niños que le habían escrito… – Y subió a su trineo e hizo público su laudo en relación a los renos y su disputa… Concluyó el último de los asuntos y se marchó a casa. Te quiero, dijo al entrar. Silencio en la noche y en la casa de la presidente del Tribunal. Lo cogió entre sus brazos y comenzó a contarle un cuento, solo que él la arropó y lo concluyó por ella

 

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