Caso pendiente

Miguel Ángel Moreno Cañizares · Alcorcón (Madrid) 

Mientras leía el papel que fijaba el señalamiento de la vista, pensó en el viaje por Europa que se iba a regalar con su amante si obtenía la absolución. Lo daba por seguro, ya que el jurado tendría en cuenta los atenuantes del crimen. Era tan inocente como un recién nacido, se dijo convencido. Llegado el día del juicio, el individuo respondió con estudiada sinceridad a las cuestiones que le planteó la acusación. Sólo titubeó en lo referido a la sangre encontrada en el cubo de la basura. Pero la defensa hizo un buen trabajo. Cuando el portavoz pronunció el veredicto, dibujó una sonrisa de oreja a oreja, la misma que dedicó al mago tras matarlo. Al salir de la sala, ella se acercó y le besó en la mejilla. «Tú serás la próxima», le espetó a su esposa. Y volvió a sonreír. «O tu querida», respondió la mujer.

 

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