INTERNET
Guillermo Portillo GuzmánEn el despacho siempre jugábamos al mismo juego. Una comisión trataba de empatizar con el cliente, mientras otra, en una actitud desestimatoria, consideraba falsas las pruebas que aportaba para que planteásemos su defensa en los tribunales.
El valle de lágrimas en que acababa convirtiéndose la escena en algunas ocasiones, no nos garantizaba la verdad en las promesas y juramentos que, entre hipidos y sollozos, teatralizaban la mayoría.
Aún a pesar de todo ello, la presunción de inocencia hacía valer su peso que, sumado al del derecho a un juicio justo y ecuánime, acababan por imperar haciendo que aceptásemos todos los casos.
Pero hiciésemos lo que hiciésemos, ganásemos o perdiésemos (las menos de las ocasiones, todo hay que decirlo), el prejuicio y la sentencia colectiva siempre hacían acto de presencia para quedarse grabados imperecederamente, por los siglos de los siglos, en ese inmaterial, abstracto e invisible mundo al que llamamos internet.
+16
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Así es, Guillermo. Hablan también de derecho al olvido, pero… Y dicen “internautas”, y “navegar”, como si internet fuera un idílico mar del sur, cuando sus aguas son procelosas.
Suerte.
Un abrazo.
A lo que añado turbulentas, oscuras como una gruta, rencorosas como el demonio, vengativas y, en algunas ocasiones, hasta fecales. Aunque pensándolo bien, son los «infranautas» los que convierten un gran invento en eso. Gracias por tu visita y otro abrazo para ti.
Hola, Guillermo.
Es como jugar al poli bueno – poli malo.
Internet está en nuestras vidas como un chivato del mundo abstracto que comentas.
Me parece que te ha salido un micro buenísimo.
Felicidades!!
Un abrazísimo.
Una vez recuperado de las lesiones de carácter leve localizadas en mis costillas, he de darte las gracias por tu visita y felicitación, así como por haberme dado la idea para el relato del mes que viene, al que solo le falta integrar las 5 palabritas que disponga la organización del concurso. Si supero la criba inicial y lo publican, espero sacarte una enorme sonrisa. Hasta entonces, otro abrazo para ti.
La vida es puro teatro, e internet yo ya no sé lo qué es, pero no me gusta cómo se está poniendo la cosa. Muy bien micro, Guillermo, enhorabuena, mi voto y un abrazo.
Pues es un gran invento usado con inteligencia, pero como una gran mayoría lo utiliza para meter mierda, así está resultando. A mí tampoco me gusta, Nicolás, pero si hago una lista de las cosas que no me gustan me ibais a mandar a tomar viento, como decimos aquí.
Gracias y otro abrazo para ti.
Internet es un mundo lleno de posibilidades y a la vez de ruindades como todo lo que toca el ser humano. Ojalá lo bueno prevalezca sobre lo malo. Mi voto y mucha suerte.
Lo dudo, pero comparto tu deseo. Gracias, suerte con el tuyo y un abrazo.
Me temo que tenéis los días contados los abogados desde que existe tanto leguleyo en Internet. Las suyas sí que son sentencias condenatorias por muy absuelto que salgas. Más de una vez he estado a punto de hacerme con una pata de palo antes de salir a navegar, pero la tentación de usarla es tan grande que, por fortuna para algunas cabezas mal pensantes, todavía no lo he hecho.
Un abrazo, Guillermo. Y a seguir remando tocan.
Pues es una suerte entonces no ser abogado, jajajaja. Y al igual que tú, en muchas, igual demasiadas ocasiones, yo también he deseado perderme navegando, pero por el Atlántico y otros océanos embadurnandome de sol, luz y sal.
Y mira que viviendo donde vivo, lo tengo fácil…
Seguiremos por tanto, navegando en este concurso. Un abrazo lleno de salitre atlántica.
Ay, ese invisible mundo abstracto llamado internet, cuántos quebraderos de cabeza nos da, eh? Guillermo???
Muy buen relato, me ha gustado.
Ando tarde este mes… pero ahí va mi voto, eh?
Un abrazo
Marta
Bueno, en este caso, nunca es tarde si el voto es bueno y además, internet si que es práctico para votar en este foro de «amigos desconocidos», divertidísima película a colación por cierto.
Gracias por tu tardía pero agradable visita y un abrazo al costillar, al más puro estilo Towanda.