Imagen de perfilTARDE DE TORMENTA

Javier Puchades Sanmartin 

No podía conciliar el sueño. Desde que aquella mujer entró en mi bufete y me habló del pleito interpuesto por la aseguradora del seguro de vida de su marido. Todo se centraba en un artículo de la comunidad de bienes que habían constituido al casarse, un punto de la póliza y el hecho causante de la muerte. Le rogué que me narrase lo sucedido.

Me dijo que aquella tarde, escuchó un ruido seco que confundió con un trueno de la tormenta. Después, fue al comedor y observó cómo el viento empujaba las cortinas sobre el rostro de su marido. Él permanecía en su sillón, junto al balcón, sin mostrar el más mínimo gesto. Solo una mancha roja en su camisa, que aumentaba poco a poco de tamaño, rompía el tono gris de la tarde.

A sus pies, su hijo jugueteaba entre sus manos con una pistola, todavía humeante.

 

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