Imagen de perfilVEINTE AÑOS

Miguel Angel Recuenco Gomecello 

Años de práctica y hábito habían convertido su innegable talento para litigar en algo sorprendente y admirable en la profesión, fruto sin duda de la herencia genética de su padre, excelso Magistrado jubilado. A Ignacio del Real le sobraba valor para afrontar aquel episodio de su vida. Hacía veinte años que huyó de ese hombre, un desencuentro fatal que ahora se empeñaba en reunirles de nuevo veinte años después. Asumiría la defensa de su padre, acusado del homicidio imprudente de un ciclista, como quien supera una pérdida y se acostumbra a su ausencia, como si de un encargo más se tratara. ¿Qué más podía hacer?. Esa sensación, entre fatiga y debilidad, que en ocasiones se mostraba ante él desde hacía veinte años, emergía de nuevo, esta vez para quedarse. No sería más que un cliente, como tantos, se olvidaría de él tan pronto apareciese el siguiente, se dijo.

 

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