Propósitos de un letrado
José Ignacio Guijarro Domínguez“Un propósito, eso es lo que te hace falta” –me decía siempre mi padre. Me llevó años definir ese propósito en mi carrera de abogado, el problema siempre fue que ejercí la profesión únicamente por dinero. ”¿Pero qué tiene eso de malo?” Me preguntaba sorprendido mi socio del despacho “¿No se trata de eso?” Supongo que finalmente entendí que no, no sólo se trataba de eso, él no lo entendió -mi socio, digo-, se quedó helado cuando durante una sobremesa le espeté que abandonaba el despacho para dedicarme al circo “¿Al circo? No seas payaso, Javier”, pareció no darse cuenta de que su frase escondía un divertido imperativo. Ahora soy feliz, aunque quizás sospechoso de estar majareta, hago varias funciones diarias en las que me planto delante del público, absuelvo sus dudas jurídicas en lo que dura un redoble de tambor, el que no queda satisfecho me planta un tartazo.