Imagen de perfilEl legado

Maria Teresa VALIÑA MARTINEZ · Cantanbria 

Ensombreció su rostro la decepción de quién sabe que ha perdido. Con la mirada recorría la sala abarrotada en el día de su última contienda. El paso del tiempo le había derrotado, la caducidad de aquel estúpido plazo… No solía fijarse en aquella negra toga, color verdugo, que llevaba el Juez. Miraba a los ojos, así debe hacerse siempre. Topó la vista en sus puñetas, sin ellas verdaderamente hubiera parecido un verdugo. La voz de su adversario le interrumpió: -Disculpe- decía. Tenía un tatuaje en el brazo que apenas llegaba a tapar el traje. ¡Disculpe! No parecía escuchar. Estaba mayor. Le habían regalado una magnífica cesta de navidad por su jubilación. Sintiendo la certeza de que a él también le llegaría el día, le estrechó la mano –Profesor le felicito-. Miré a aquel joven y reconocí con amarga satisfacción a mi alumno. Me había ganado a mí mismo.

 

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1 comentario

  • Una bella profesion donde se infunden valores y sobre todo justicia! Pero justicia justa donde se ponen todos los valores para la defensa igualutaria a todos y justa, la dibina ,esa, solo unos locos la dominan. Mejor dejarlo al todo poderoso yo como cristana que mejor que Dios!!