Imagen de perfilSalir corriendo

Nacho Alcalá 

Miente. Todo el que diga que esto no le provoca miedo, miente. Intento tranquilizarme, respirar con normalidad, contener esa gota de sudor. Siento sus miradas clavadas en mí. Me giro y los veo agachar la cabeza con disimulo, volver a sus pantallas, esconder los ojos para que no pueda leer en ellos su sorpresa, la extrañeza de algo que les resulta inexplicable. ¿Cómo es posible, -se estarán preguntando-, que la imagen de seguridad que transmite por los pasillos de los juzgados, en estrados, en la puerta frente a una caterva de periodistas, quede ahora reducida a cero? Pero es que esto es distinto. Me invade una sensación de vencimiento porque no tengo ni el control ni un plan de actuación. El cuerpo me pide salir corriendo pero la mente lo detiene y lo arrastra hacia lo irremediable. No es nuevo: Me pasa siempre que voy al dentista.

 

+1

 

Queremos saber tu opinión