Sin juicio

Cecilia Rodríguez Bové · La Eliana. Valencia 

Corría el año 2050. El espectro de luz multicolor se colaba por la ventana de la sala donde todos estaban preparados para escuchar la sentencia. Era uno de los juicios con más morbo y más mediático de todos los tiempos. Los imputados, inmóviles como velas, esperaban sin respirar el veredicto. -“De los cargos de apropiación ilícita, malversación, cohecho, abuso de poder y prevaricación los acusados son declarados…” El chirrido de una puerta que se abrió interrumpió la solemnidad del momento. –“Buenos días Sr. Brassón, otra vez su habitación está hecha un lío. ¡Ya le he dicho que la sábana no es una toga y que las almohadas puestas en las sillas no son acusados bajo su jurisdicción! Usted insiste en querer juzgar el caso Gürtel y eso sucedió hace ya 40 años y solo acabó en multa. Vamos, tómese estas cápsulas y venga conmigo, hoy tiene terapia de grupo”.

 

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