Road Movie

David Villar Cembellín · Castro Urdiales (Cantabria) 

Perseguir a Johnny TresPassos tenía algo de glorioso no exento de morbo. Al fin teníamos pruebas para meterle en la cárcel varios años. Por temas de malversación y evasión de impuestos, por supuesto, ni rastro de los asesinatos que ordenó ni el tráfico de droga que dirigió. Era como perseguir a Hitler por una multa de tráfico. Pero al menos teníamos un motivo para ir a por él, era nuestro. Mejor dicho, era mío, ya que era yo en solitario quien le perseguía hacía varios días por el Desierto de Sonora. Por los días que llevaba conduciendo debía haber sobrepasado holgadamente mi jurisdicción, probablemente me encontraría en México, pero no cejaría en mi empeño: llevaría a Johnny TresPassos ante un juez… Sin gasolina, comida ni agua, aquel perseguidor de Johnny TresPassos por el Desierto de Sonora nunca llegó a México. Pero tssssk, silencio, no se lo contéis a su espectro.

 

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