Nuevo Destino

Teresa Vicenta Arpal García · Caspe (Zaragoza) 

José contó los años que llevaba ausente de su antiguo pueblo, de su vieja casa incluso de su primera escuela, donde soportó la didáctica imperante de «la letra con sangre entra». Y pese a todo, ojos de melancolía miraban su hogar derruido, los geranios secos, los tiestos de un botijo que dejaba al sereno en verano. Manos abiertas retenían una niñez perdida. Dedos curiosos se posaban en la chimenea sin ceniza. El olfato embotado de polvo y salitre, en lo alto la luna llena. Abajo luces, coches, gritos, sirenas, lamentos, seres humanos. Unos habían dejado su nacionalidad flotando a la deriva, como sus sueños; otros alargaban sus brazos para acogerlos. El mar acunaba los barcos y las vidas. Para él su presente era el recuerdo, el futuro llegaría mañana cuando se vistiera la toga en su nuevo pero conocido destino.

 

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