El retraso judicial

Francisco Javier Gómez Gutiérrez · Madrid 

Se hace tarde, llamaré con cualquier excusa para que se retrase la vista.- Dijo el juez El retraso del juez me permitirá hacer cola para sacarme el abono transporte,- Dijo el secretario Hoy llegaré tarde, el juicio se retrasará, como siempre.- Dijo el abogado de la defensa Puedo dejar al niño en la guarde, si el juicio es a las diez, empezará a las doce.- Dijo el procurador. Desde hacía rato los justiciables esperaban, nerviosos, en la puerta de la sala. Por el palacio del estrés, antes llamado de justicia, hormigueaba gente con prisas, nadie estaba donde debía cuando debía, ni la judicatura, ni la abogacía. En la calle, a toda prisa, algunos apagaban, fumando, el síndrome de abstinencia. A esa hora, la señora de la limpieza, puntual, terminaba su jornada, tranquila, bostezando, era la única que no tenía cuentas con la casa. Había dejado impoluta la sala del juicio.

 

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