Raffaele Basso

Microrrelatos publicados

  • El Abogado, capítulo 4

    Cada fracaso ya no se convertía en “decepción”, simplemente depositaba los folios en el cajón de las reclamaciones perdidas esperando la caducidad de la acción. En este interim escuchó alguien, que indudablemente llevaba tacones, acercarse a su despacho. Golpearon la puerta. En otras circunstancias lo hubiese enviado a hacer puñetas. Sin embargo pudo apreciar a través del cristal de la puerta, la sombra de una mujer de pelo largo, motivo por el cual el responder se convertía en obligación. Antes intentó ordenar la mesa, limpiarse la baba, arreglarse el nudo de la corbata y ocultar la cesta de las bebidas, para que el ambiente fuera lo más parecido a un despacho de Abogados. No pudo disimular una sonrisa, la señora que entraba era alta, guapa y con un pequeño tatuaje que se asomaba por el cuello. “Solo Vd. puede ayudarme… ¡soy inocente y quiero ser declarada culpable!” Le espetó.

    | Enero 2017
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  • El Abogado, capítulo 1.

    Otra vez. Se había prometido no volver a dormir así, sin embargo allí estaba. El dolor de espalda lo mataba cada día un poco más, el oído le pitaba como un ultrasonido, a los 55 años no era saludable dormir sentado en una silla. Su despacho pasó a ser su morada cuando aproximadamente tres años atrás se había dejado, o mejor, su mujer lo dejó cansada de esperar a un hombre y con un pelotón de amigos dispuestos a testificar contra él, así que decidió irse de casa a manos vacías y con una caja de promesas no cumplidas bajo el brazo. Desde aquel entonces tenía una cama plegable al lado del escritorio que raras veces utilizaba. La cara yacía pegada a una hoja de papel sobre la mesa, con el rabillo del ojo aún podía leer: “Fallo…Inadmisión…” y de repente se acordó de su último fracaso judicial.

    | Octubre 2016
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