Marcos Dios Almeida

Microrrelatos publicados

  • Ingravidez

    Cuando eres el nuevo debes hacer cuanto te piden adaptándote a las condiciones más adversas. El plan era arreglar una antena. Moverse en gravedad cero nunca resulta fácil, aunque hacerlo sujeto por un cable a quinientos kilómetros de la atmósfera marciana tampoco otorga demasiada seguridad.
    Me pregunté para qué había estudiado derecho. Al parecer en la nueva Estación Internacional hacía falta un jurista además de varios científicos, un ingeniero aeroespacial y hasta un chef profesional. La terraformación estaba llevando su tiempo, y exponer a los colonos a sobrevivir con escafandras en un desierto helado no parecía razonable. El vencimiento de mi contrato estaba al caer. ¡Llevábamos tres años encerrados en aquella lata flotante! Me cuestioné que los derechos individuales prevalecieran cuando tu vida pende de un hilo en el espacio exterior, pero me contesté de inmediato:
    -Las leyes me importan un bledo. ¡Sacadme de aquí por favor!

    | Enero 2016
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