Laly Del Blanco Tejerina
Microrrelatos publicados
Único testigo
Remató aquel día perfecto con un baño y un vino igual de espumosos. Después, aún envuelta en la toalla, miró satisfecha la carpeta en la que ponía: caso cerrado. La guardó en el escritorio, bajo llave, zanjando así aquel oscuro incidente que le supuso suculentos honorarios.
El mejor caso de su vida, sin duda. Aunque no pudo demostrar la inocencia de su cliente, consiguió reducir su pena alegando la poca visibilidad de aquel lugar.
Ocurrió la misma noche en que ella vio un bulto caer sobre el asfalto y algo crujió bajo sus ruedas como una nuez aplastada por un zapato. Perdió el control por un momento pero consiguió frenar a lo lejos, al salir del coche vio como otro automóvil pasaba por encima de aquel cuerpo. Corrió hasta allí y ofreció su ayuda al aturdido conductor.
Quién mejor que ella, único testigo, para llevar la defensa de aquel hombre.| Agosto 2016
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