JUAN ANTONIO CHAMORRO BARRIENTOS
Microrrelatos publicados
SEDUCCIÓN LETAL
La conocí en el baile de graduación. Ella había terminado Derecho, yo Económicas. Ella era heredera de un imperio textil, yo era heredero del terruño de mi padre, allá en Galicia.
Cuando hicimos el amor la primera vez, me atravesó con aquella mirada inquietante y me espetó:
¿Nunca te ha atraído el morbo de delinquir?
A partir de ahí, todo vino rodado. Entré en una espiral de la que era imposible escapar. Ella lo organizó todo. Yo fui, simplemente, un brazo ejecutor.
Primero fue su hermano mayor. Lo de su madre fue algo más fácil, ya era muy anciana. Todo iba bien hasta que al padre se le ocurrió contratar a un grafólogo para cotejar la letra de los anónimos con la de la carta que le escribí hablándole de nuestra relación.
Hoy, durante nuestra fiesta de aniversario, dos agentes de la Policía se han empeñado en llevarme detenido.
| Octubre 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 16AMISTADES PELIGROSAS
Le conocí bajo un panel gigante con su imagen que anunciaba la inminente construcción de un barrio de viviendas para los desheredados. Ciertamente, no se le podía acusar de no saber venderse.
Tras la muerte de mi hijo por sobredosis, mi bufete me había encargado que me pusiera a sus órdenes para asesorarle en sus negocios. Era absolutamente imprescindible crear un entramado legal que justificara esa indecente cantidad de dinero. Nos caímos bien y nos hicimos íntimos. Se refería a sí mismo como un “facilitador de felicidad terrenal”, al igual que en la tarjeta de Capone podía leerse “anticuario”. Solía llamarme una vez al mes para invitarme a su restaurante japonés favorito. Le volvía loco el sushi de pez globo.
Curiosamente ayer, segundo aniversario de su muerte, me comunicaron el sobreseimiento de la causa por falta de pruebas. El restaurante puede abrir de nuevo y yo vuelvo a ser libre.| Junio 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 13CAUSA GENERAL
Estoy mirando la fecha: mil novecientos cuarenta y cuatro, “los años del hambre”. Mi abuelo es el tercero por la izquierda, el más bajito entre sus compañeros de Facultad. Da la impresión de que su crecimiento se había detenido, como la vida del país, sin suministro alguno, atrapado en el tiempo.
La carta que me entregaron hoy junto con la fotografía y que el tiempo de encargó de proteger, está escrita en un papel ajado, amarillento, a punto de romperse.
En ella cuenta que ese año, recién licenciado, tuvo su primer caso: defender a un coronel de Ingenieros acusado de “auxilio a la rebelión”. Pero no sirvió la desesperada defensa ni el recurso posterior. Ese hombre fue ejecutado.
Y, ahora, entiendo que su vida quedó marcada por aquel temprano fracaso.
Antes de doblar el papel noto que me atrapan las últimas palabras:“… espero que sepa perdonarme, padre”.
| Febrero 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 27