JOSE MIGUEL RUBIO POLO

Microrrelatos publicados

  • MINIMO DE PARIDAD

    Año 2027. Se manifestó un nutrido grupo de miembros del Colegio de Abogados, consciente de la necesidad de conciliar la vida laboral y familiar, de modo tal que por fin dejáramos de vivir para trabajar y empezásemos a trabajar para vivir entre iguales. Francamente preocupado este grupo, por la creciente y alarmante desigualdad de género a todos los niveles de la Judicatura española, que estaba abriendo enormes barreras entre sexos, pues parecía haber una diferencia de oportunidades impresionante. Este grupo del Colegio, se dirigió a su Decana para que intercediera ante la Presidenta del Consejo General de la Abogacía y ésta ante el Consejo General del Poder Judicial, para a la postre instar las modificaciones legales oportunas en la Judicatura, Fiscalía y Letraduría de la administración de Justicia, en pro de conseguir al menos una paridad simbólica, para exigir un mínimo cupo de hombres entre tanta mujer.

    | Octubre 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 31

  • LADRON BICICLISTA

    El presunto maleante empezó por ser un compulsivo ladrón de bicicletas que robaba a diestro y siniestro, sin orden ni concierto, forzando candados de seguridad. Tras ser detenido y declarar ante el Juez, salió del Juzgado de guardia bajo palabra, mas su primer incumplimiento fue a la misma puerta pues, para volver a su casa, se agenció impenitente otro velocípedo tras descandarlo. Resolvió más tarde ampliar su quehacer o cambiar su estrategia de negocio. Cual emprendedor en ciernes, pasó a dedicarse al alunizaje: llegaba montado en bici a toda velocidad e irrumpía en la tienda que iba a atracar pedaleando hasta el mismo mostrador, y navaja en mano se llevaba toda la recaudación tras amedrentar lo justo al dependiente de turno levantado de su taburete manos en alto. Y así circuló exitoso durante varios meses hasta el día que lo detuvieron por circular en dirección contraria en un carril bici.

    | Julio 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • DOCE CAMPANADAS PARA MORIR

    No supo defenderlo bien; “el Descosío” fue condenado largamente a prisión por su ADN cuando la pandemia y prometió vengarse. El Letrado sabía que no exageraba, pues “el Descosío” era hombre de palabra. Durante años temió su salida de entre rejas. Hoy lo ha visitado en su despacho: “Cuando ese viejo reloj dé las doce campanadas, morirás”. El Abogado sabe que no serviría recurrir a la policía. Ha visitado en la pradera viejos contactos para solventar la amenaza, disuadir al asesino. Ha intentado esconderse, huir, defenderse. Sabe que el Descosío” es hombre de palabra. Sería literal en lo dicho. Literal, literal,... ¡Eso es! El Abogado vuelve al despacho poco antes de las doce, abre la portezuela de la caja del reloj, y detiene el meneo del péndulo. De esta manera no pueden sonar las doce campanadas y su pena de muerte se aplaza, pues el “Descosío” es hombre de palabra.

    | Mayo 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 7

  • ABOCADOS AL FUTURO

    Año 2026. Metrópoli de la Justicia. Polígono de Abogados. Nivel 48. Despacho 56.523.976. El secretario-administrativo-abogado abre por telepatía la portezuela del teletransportador, y el cliente entra al despacho sideral a toda prisa. El secretario-administrativo-abogado le expone que finalmente el vecino deberá testificar virtualmente sobre el intrincado asunto de la multi-estafa digital. Tras relatar pormenorizadamente al cliente el problema sobre inadmisión del testimonio personal, este le pregunta si deberá abonar un sobreprecio por la variación conceptual del asunto. El secretario-administrativo-abogado recalcula telemáticamente y sin fallo alguno la caja virtual de cobranzas, y con el lector de huella digital más el bastanteado virtual, obtiene instantáneamente la cifra. El cansino cliente aún pretende discutir el precio: “No es usted el único Abogado”. A lo que repone el secretario-administrativo-abogado “Señor, yo no puedo rebajar más el precio, que es el que pone en el rótulo gigante con ultrasonido del establecimiento: «Abogado todo a Cien»”.

    | Octubre 2016
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 9