Vacaciones, las justas
Marta Trutxuelo GarcíaÚltima noche de agosto. Mientras mi mente se columpiaba entre la vigilia y el sueño me invadieron varias imágenes: Lexnet… procuradora… tramitadora judicial… cliente… La temible cuádriga… ¡El abogalipsis! Me incorporé sudando y en ese momento un monstruo de otro tipo se abalanzó sobre mi cama: «¡Papiiii! ¡Arriiiba!» Sonreí. No importaba si Lexnet no funcionaba, ni si María, la procuradora y Eva, la tramitadora judicial no contestaban a mis llamadas, y menos aún hacer esperar a Nicolás, el cliente que seguiría apostado en la puerta de mi despacho. Mi futuro inmediato me observaba con sus alegres ojos verdes. Este año nuestro bufete había decidido promover cambios para conciliar la vida familiar. Gracias a ello y a la conservación de unos días, podría estirar las vacaciones hasta principios de setiembre. «El año judicial y el abogalipsis pueden esperar», musité mientras daba la mano a mi hijo Ángel para llevarlo al colegio.
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Leyendo tu abogalipsis me has estresado y eso que es domingo y acabamos de empezar… Enhorabuena, mi voto y mucha suerte. Besos.
Ya te digo, Juan Manueeel!!!
Gracias, compañero!!!
Un abrazo
Marta
¡Menuda pesadilla!. Menos mal que esos ojos verdes son una maravillosa realidad.
Mucha suerte, Marta.
Voto y besos.
Síii… sólo una pesadilla, ja, jaaaa!!!
Gracias, Ana, como siempre!
Besos
Marta
Hola Marta, un relato original (me ha encantado el simple término abogalipsis) y apropiado para las fechas. Mi voto y un saludo
Mil gracias, Ander!
Ya ves que soy muy dada a mezclar palabras…cuando la imaginación no deja crear algo nuevo, tunea la realidad, je, jeee!
Un saludo para tí también!!!
Marta
Real como la vida misma, además me simpatiza la inocente llamada matutina del niño. Felicidades, para mí tiene ingredientes de micro ganador. Mi voto y un saludo.
Gracias, Francisco Javier!
Me halaga mucho eso de micro ganador… no, no… qué vaaaa!!!
Un saludo y gracias!
Marta
Enhorabuena MARTA. Mi voto. Como casi todos los meses ahí estas con tus relatos sencillos, claros y siempre originales.
Gracias, Fernando!
Tú también eres asiduo al concurso, eh?
Un saludo!
Marta
Todo el mundo alarga las vacaciones menos yo, no sé como os las apañáis los personajes de los microrrelatos para fastidiarnos. Hala, que las disfrutes y a tu autora dale recuerdos,
Gracias, Esteban! Sï, sí… alargo las vacaciones pero apenas una semanita, eh? La autora es la que va a tener más días que yo; eso sí, me dice que te aclare que mientras ella trabajaba los demás estábamos roncando bajo una palmera, que igual se nos ha olvidado… je, je…
Un abrazo, Esteban… espero tu relato!
Describes una sensación que todos Hes sufrido en mayor o menor medida al inicio de septiembre. Totalmente real. Se resienten mis carnes cuando lo leo. Ja, ja. Gracias mamá.
Ay, m’hijoooo!!! Ya sabes a quién debo la descripción de la temible cuadriga, je, jeee…
El abogalipsis se puede extender por muchos ámbitos laborales, de hecho, ahora mismo estamos en un comienzo del archivolipsis, ya ha asomado la patita el jinete cargado de documentación de urbanismo para remitir al archivo… socorroooo!!!
Mucho ánimo para el nuevo curso y un gran abrazo!!!
Marta
Jaja, el «abogalipsis»! Con esa palabra se explica cualquier escena jurídica en septiembre! Y muy buena la idea de la conciliación familiar, tan necesaria en esta profesión. Besazos y abrazos, Martutxi!
Gracias, Evaaa, capiii y rebautizada tramitadora judicial, je, je… con vuestro permiso, eh?
La conciliación familiar que no falte, sea por padres, hijos o espíritu santo, la situación de cada cual es la que es y hay cosas que nos tocan a todos, verdad?
Bueno… c’est la vie!!!
Te mando otro abrazo inusualmente caluroso en unos días bochornosos que nos han caído en el norte por castigo divino (no hay que quejarse del fresco, je, jeee…)
Besitos, Eva!!!
Marta
Querida Marta, vuelves a marcarte un pedazo de relato absolutamente espectacular. Lo de Abogalipsis es genial, y el aturdimiento de tu prota tan real que sobrecoge. Y no podías haber elegido mejores nombres para tus personajes… En fin, mucho ánimo, mi voto, y muchos muxuak.
Millones de gracias, Nicolás!
Mis personajes están encantados de haber adoptado el nombre de cuatro estupendísimas personas que han ayudado a que lo que se preveía el confinalipsis se transformara mágicamente en el confinaíso.
Besarkada handi handi bat eta muxu zaparrada!!!
Marta
La vuelta a la rutina siempre es dura. Desconectar resulta sencillo, pero viene a ser como un pequeño engaño temporal. La realidad es el «Abogalipsis». Aunque también es cierto que, una vez metidos en harina, parece que el cuerpo se engrasa y la maquinaria gira.
Las madres y padres trabajadores tienen mucho mérito. Cumplir con un presente de servicio a la sociedad, a través de una profesión, y con el futuro, cuidando de quien nos dará el relevo algún día, les hace merecedores de un monumento.
Algún día llegará la jubilación, mientras tanto, en especial cada primero de septiembre, «vacaciones las justas», como bien muestras en un relato muy humano, con el que es difícil no identificarse.
Un abrazo y suerte, Marta
Me encantan tus comentarios, Ángel!!!
Mil gracias, de verdad!!!
Suerte para tu relato también ,eh?
Abrazos
Marta
Queridísima Martutxu.
Veo el Abogalipsis y a los Confis retratados espectacularmente. Qué magia tienes cuando cuentas aventuras y desventuras.
Maravillosa historia, un poco loca, pero genial.
#quetecomotoatucaraalgritodeya
Un abrazo enorme.
La procuradoraaaa Maríaaaa!!! Amiga, siempre presente, hasta en los sueños de mis personajes, je jeeee!!!
Mil mil graciaaas, Towiii!!
Hay que meter un poco de locura, ya sabes… si no, apaga y vámonos, compañera!!!
Espero que hayas disfrutado de tus vacaciones en el mar, o Santillana, o como hayan sido… vacaciones al fin y al cabo…
#Mencantantushastagslocatiissssjejeeee
Besooos
Marta
Felicidades, Marta. Gran relato que nos transmite el temible síndrome post-vacacional.
Suerte, Marta.
Gracias, Juan Carlos!
Animo para la vuelta al coleeee!
Marta
Marta, ¿has pensado presentar tu candidatura a la RAE?… Piénsalo…, porque tu facilidad para inventar palabras entre adecuadas y perfectas, raya la excelencia y la bondad, y es del todo absolutamente envidiable. Yo me las veo y me las deseo con ordenar adecuadamente las que ya existen, para darles algún sentido en los relatos y vas tú, ¡y te las inventas!, y encima con una maestría y utilidad que asombra. ¡Felicidades! Mi voto.
Pdt. ¿De dónde sacaste los nombres de tus protagonistas? Me suenan de algo, pero no sé bien de qué…
Quizá no quede mucho para el abogalipsis. O para el abogacolapso. Vaticinios, los justos. Vacaciones, las máximas.
Mi voto, Marta.
Un abrazo.
Todo puede esperar, menos lo urgente que siempre es lo importante.