Imagen de perfilLA FIESTA DE HALLOWEEN

Rosalía Guerrero Jordán 

La fiesta de Halloween del bufete siempre me resulta inquietante, pues en ella puedo cotejar los disfraces con la personalidad de cada uno de los miembros. Por ejemplo: Silvia es una bruja, Javier está muerto por dentro, y Fran tiene el cerebro hueco como una calabaza.
Además, la posibilidad de delinquir delante de tanto leguleyo me resulta deliciosa como fruta prohibida. Quizás por eso siempre elijo una máscara que oculte mi rostro y nadie pueda reconocerme.
Este año he sustraído los pendientes de diamantes que uno de los socios regaló a su joven esposa por su primer aniversario.
Todo comenzó con un sutil baile de miradas; el roce de unas manos; una puerta que se abre; ella y yo encerrados en uno de los despachos…
Ahora estoy arrepentido y quiero devolverle los pendientes. Lo cierto es que me he enamorado. Pero ¿podrá ella amar a este pobre, aunque apuesto, becario?

 

+7

 

Queremos saber tu opinión