Imagen de perfilUN PASO ADELANTE

Rosalía Guerrero Jordán 

Ricardo, mi cliente, era un pobre diablo que tuvo la mala suerte de salir en la foto. De hecho, nunca antes se había quejado.
La huelga había sido convocada por un sindicato minoritario y, en condiciones normales, no la hubiera secundado. Pero, después del accidente que casi le cuesta la vida a su compañero, le resultó imposible mantenerse al margen.
Mientras la delegada gritaba que la empresa, que debía preservar la vida y la salud del su personal, había ignorado un riesgo a todas luces bien visible, Ricardo se colocó tras la pancarta.
Poco después lo despidieron alegando disminución del rendimiento laboral.
Entonces, dio un paso adelante, se afilió y denunció a la empresa por despido improcedente.
Ganamos, por supuesto. Y desde entonces ha tejido en la empresa la conciencia de clase y el apoyo mutuo que mantienen a salvo nuestros derechos.

 

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2 comentarios

  • En muchas ocasiones da la impresión de que lo aconsejable es bajar la cabeza y mirar para otro lado, si lo que se quiere es no meterse en problemas. Entre la prudencia y la cobardía existen, sin embargo, diferencias.
    Vivir a costa de hacer oídos sordos a las peticiones legítimas, a la dignidad y a la justicia, no es una vida completa. Ese paso adelante de tu abogado, aún a riesgo de parecer temerario, fue el correcto, como demostró el tiempo, ese juez que quita y da razones.
    Un relato sobre un héroe auténtico, que eligió, como se dice ahora, salir de su espacio de confort para hacer lo correcto, ahí reside el verdadero valor.
    Un abrazo y suerte, Rosalía