HISTORIA DE MI PADRE
Maribel Romero SolerMi padre trabajó toda su vida en la construcción, pero hoy piensa que es abogado, una extraña consecuencia de la demencia que padece. Tampoco me conoce. Cuando lo visito en la residencia cree que soy un cliente. Siempre da él el primer paso, invitándome a sentarme frente a su silla. Después me pregunta en qué puede ayudarme. Intento que mi tristeza no sea visible y, a riesgo de que algún día recupere la cordura y me descubra, voy inventando diferentes litigios, controversias… Hoy he tejido una historia absurda. Le he dicho que un vecino me roba las macetas con la excusa de preservar la flora del barrio. Me ha mirado sorprendido. A él le gustan los casos más complejos. «No podré ayudarle —me ha dicho—, pero le recomiendo a mi hijo, es un gran jurista». Me voy emocionado, al menos recuerda que pagó una carrera de Derecho para mí.
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Agridulce historia pero muy lograda. Es triste ver a nuestros mayores perder facultades pero este al menos guarda la sensibilidad suficiente como para recomendar a su hijo, aunque no le reconozca. Enhorabuena y mi voto.
Así es, Manuel, muchas realidades que nos rodean no distan demasiado de esta ficción.
Ayer te di mi voto aunque no dejé comentario. Me gustó mucho tu Pulgarcito. Suerte.
Saludos.
¡Y muchas gracias, Manuel!
Emocionante historia en un micro precioso y muy bien escrito. Enhorabuena, mi voto, y un saludo
Tú sí que me emocionas, Nicolás. Gracias.
Un saludo.
Esa enfermedad terrible que sume en el olvido y desordena la mente, que poco a poco se apodera y degrada, no ha sido capaz de borrar la admiración de este padre por su hijo, a quien procuró que no le faltase de nada, tampoco una buena profesión.
Un relato emotivo, que hablan de cariño paterno filial, orgullo y agradecimiento.
Un saludo y suerte, Maribel
Agradezco tu lectura, Ángel, y que hayas ido más allá, porque efectivamente es un micro que dice más de lo que cuenta. Gracias.
Un saludo.
Sencillo, claro y emotivo
Gracias por compartirlo. Mi voto.
Gracias a ti, Fernando, por la lectura y apostar por él. Un saludo.
Que bonito relato, Maribel. Tierno, entrañable, de los que tocan el corazoncito.
Te envío mi voto y te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
Gracias, Ana Isabel, de vez en cuando conviene mimar los afectos.
Un abrazo.
Fantastico.
Gracias, Manuel. Un saludo.
Una historia muy bien contada y triste con un poso de nostalgia. Describe muy bien una cruda realidad. Mi voto y enhorabuena.
La realidad golpea duro, Juan Manuel. Gracias por tu apoyo.
Un saludo.
Enternecedor relato, resumiendo la realidad, o la irrealidad, en la que se ven inmersas estas personas, con la pérdida de la memoria. Y que bonito es compartir con ellas sus momentos de lucidez.
Enhorabuena Maribel por esa maestría demostrada en la escritura de tu relato.
Suerte y mi voto, saludos.
Así es, José Manuel, ellos olvidan, nosotros no. Muchas gracias.
Un saludo.
Preciosa historia de olvidos y proyecciones. Hijo que le sigue el rollo a la senilidad de su padre y al final ve recién¡impensado su actitud con el orgullo que su padre siente por su hijo, aunque no lo reconozca. Mi voto.
Esteban, por lo visto ese hilo invisible que nos une a nuestros mayores no lo rompe la memoria ni la falta de ella. Gracias. Saludos.
Una historia preciosa Maribel, quizás ese final tan tierno nos anime un poquito a los que hemos vivido algo parecido.
Mucha suerte y mi voto.
Gracias, Ana María, me alegro de que así sea. Un saludo.
Me ha parecido un texto maravilloso en todos los aspectos. Muy bien llevado hasta un magistral final que rezuma cariño y emoción.
¡Qué sorpresa tan agradable! Tanto como tu generoso comentario.
Muchas gracias, Alicia.
Dicen que las melodías y las canciones son los últimos recuerdos que les quedan a los enfermos de alzhéimer. Que hayas equiparado el Derecho a la música ennoblece nuestra profesión. Emotivo micro, Maribel.
Mi voto.
Gracias, Manuel. Tu comentario sí que es música.
Saludos.