Lemniscata
David Villar CembellínTenía un tatuaje con el símbolo de infinito en la cadera. Los días buenos, cuando la salud lo permitía, recordaba su nombre. Los días malos era un ocho tumbado. Los días malos eran cofres sumergidos. En los días malos no estaba Él. Él se llamaba Aitor, los días buenos estaban llenos de Aitor. Aitor la amaba y ella a Él, los días malos no recordaba esto. Los días malos no tenía acceso a Aitor y se arrastraban indolentes. Aunque Aitor cada vez apareciese menos, estaban ganando terreno los días malos. Pero los días buenos aún lograba escuchar su voz sin edad: «te voy a proteger y vigilar como un ángel custodio, te amaré infinito», había prometido. Por eso ella imprimió ese símbolo sobre su cadera. Ella había sido abogada, trabajaba con letras, poseía un enorme vocabulario, pero no conseguía recordar su nombre. Los días malos sólo era un ocho tumbado.
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David, me ha encantado tu micro. Es muy, muy original los días buenos y los días malos… también. Mi voto y mi abrazo.
Puede que la memoria falle como consecuencia de una terrible enfermedad. Tal vez todo se tambalee, hasta las palabras que han sido la materia prima de una profesión, como también lo que parece un simple signo, un garabato con dos óvalos, pero su significado siempre permanecerá vivo. Aunque el cuerpo no quiera entenderlo y envíe mensajes erróneos, aunque haya quien sostiene que nada es para siempre, aun a riesgo de que a muchos podrá parecerle sensible, hay que decir, como proclama este relato, que si algo hay infinito es el amor, cuando es verdadero.
Una historia que no oculta una tragedia, pero que se aferra a la fidelidad más pura, todo ello simbolizado en unos pequeños trazos circulares, que representan mucho más de lo que parece.
Un saludo, David.
Muy original dar vueltas orbicularmente sobre un concepto que no se revela para enmascarar el mismo en el título.
Mis felicitaciones y mi voto.
Gracias a todos, sois muy amables.
Hola, David.
Un micro que pone los pelos de punta, porque llega muy adentro…
Una historia que, de principio a fin (al infinito), engancha, te llena.
Un relato que nunca será un ocho tumbado.
Mis felicitaciones y mi voto!!!
Buen relato, mantiene la atención de quien lo lee y cierra con una frase perfecta.
Suerte.