Imagen de perfilEl abismo

Igor Guirles Pascual 

El ventanal abierto, a sus pies cuarenta metros de caída, detrás, la televisión retransmitiendo el aniversario de la Constitución con los tópicos de siempre, ciudadanía, derechos… Todo resultaba vacío. Jorge libraba una crucial batalla en su interior, había ganado el caso pero por primera vez no sintió ese pinchazo, mezcla de orgullo y adrenalina. Sí, había salvado a su cliente de una pena de cárcel, pero sabía que ese osito de peluche que traía tras dejar a su hija en el colegio, le había robado esa sensación para siempre, era igual al de la pobre niña atropellada y abandonada a quince metros del paso de peatones.
Repasó su vida mientras miraba al frente, un paso y todo cambiaría. Una lágrima comenzó a caer de su mejilla hacia el abismo y detrás, mecida por la brisa, su toga. Cogió el teléfono para llamar a su mujer, hoy recogería él a Lucía.

 

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