TODAVÍA
Margarita del BrezoHace tiempo que trabajo como abogada de mujeres víctimas de violencia de género. Cada día observo sus cuerpos maltrechos y sus almas marchitas y trato de tenderles una mano firme, fuerte, perseverante, que les ayude a demoler esa pesada barrera, construida con las piedras que les lanzan y con las que tropiezan, tras la que se oculta la vista panorámica de su futuro. Desgraciadamente eso de que «Todos somos iguales» es todavía una falacia, y son demasiadas, también todavía, las que deciden dar a su pareja otra oportunidad. No me extraña. Sé bien que conciliar el miedo a la soledad con la necesidad de estar sola no es tarea fácil. Cuando vuelvo a casa, me desmaquillo ante al espejo y descubro lentamente la cicatriz que me parte la frente. Una marca, una señal luminosa que me recuerda cada día, desde hace tiempo, que sí se puede.
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…Esa pesada barrera, construida con las piedras que les lanzan y con las que tropiezan
Sé bien que conciliar el miedo a la soledad con la necesidad de estar sola no es tarea fácil.
Relato certero, proporcionado, contundente y sobre todo esperanzador. Enhorabuena.
Permíteme que disfrute en silencio de tus adjetivos.
Enhorabuena, Margarita.
Un micro maravilloso y esperanzador.
Olé, tú.
Un abrazo.
¡Gracias, Reinona!
Un abrazo
Enhorabuena, por transmitir tantas sensaciones en tan pocas palabras, y sobre todo por el mensaje final de esperanza. Muchísima suerte, y por supuesto, mi voto. Un abrazo.
La esperanza no puede faltar, y las ganas de cambiar las cosas, tampoco. Con una buena educación desde el principio, como tu carta, será más fácil.
Muchas gracias, Carmen.
Un abrazo
Excelente micro, Margarita.
«Sus cuerpos maltrechos y sus almas marchitas», «las piedras que les lanzan y con las que tropiezan»… Me encanta.
No podemos aplicarle su propio título; todo es «ya»: ya está perfecto, ya no puede escribirse más.
Muchísima suerte, Margarita.
Ya, ya me gustaría a mí leerme como tú me lees, ya. Pero todavía tengo mucho que aprender, entre otras cosas a rapear.
La suerte me la quedo toda. Y el orgullo que siento por tu comentario, también.
Muchísimas gracias, Manuel.
Cuando las emociones, tan humanas, están mal dirigidas o equivocadas, todo se trastoca. En el caso de tu protagonista, han contribuido a levantar más altura «todavía» en esa «pesada barrera». Luchar contra uno mismo y contra el mundo no es fácil, pocas cosas lo son, pero sí posible.
Otro micro con tu impecable factura.
Un abrazo, Margarita
Desaprender lo aprendido es muy complicado, tiendes a repetir «lo que ya te sabes de memoria», incluso cuando no funciona. Y si las emociones son las protagonistas… Pero lo cierto es que se consigue, con esfuerzo y con un buen apoyo social.
Gracias por tu comentario, Ángel.
Un abrazo.
Muy bueno y esperanzador, Margarita
Aquí vendría bien decir «querer es poder»
Mucha suerte!!
«Querer» es fundamental para «poder», aunque a veces es necesario también tener donde apoyarse.
Muchas gracias, Campeona.
Un abrazo
Hola, Margarita, gran persona.
Y tú sí que has podido. Tienes merecido un voto más. Y un beso.
Hola, Eduardo.
Me alegra ser merecedora del voto. Y mucho más del beso. ¡Gracias!
Otro beso para ti.
Gran micro, Margarita. Una lucha con el alma rasgada, pero con la fuerza de la convicción y de la justicia. Mi voto y abrazo. Suerte.
No hay mejores armas que las que tú indicas, Salvador: la fuerza de la convicción y de la justicia. Y el sufrimiento ajeno se entiende mucho mejor cuando has vivido algo similar.
Muchas gracias por tu comentario y por tu voto.
Un abrazo y que el jurado reparta suerte.
Como bien reflejas, lo que más llama la atención «son sus almas marchitas». Precioso relato con un mensaje positivo y esperanzador. Te felicito. Suerte. Un saludo.
Dicen que el alma no se ve, pero no creo que haya nada más visible. A veces es más difícil contemplar el rayo de esperanza que atraviesa la tormenta.
Muchas gracias, Leopoldo.
Un saludo
Contundente relato lleno de seriedad en sus planteamientos, pero también de buena literatura en su confección a pesar de su tono periodístico de columna de opinión. Su final, aparte de transmitir optimismo, convierte el texto en una conmovedora historia.
Me ha gustado mucho, Margarita.
Un abrazo.
¡Vaya, Enrique, menuda lectura has hecho! Ya sabes que a los que nos falta seguridad a la hora de escribir, nos cuesta ver tantas características en nuestros relatos. Lo que no me suele faltar es el optimismo y las ganas de ganar. Y mucho menos en un tema tan delicado como el que han propuesto en la web este mes.
Me ha gustado mucho verte por aquí.
Un abrazo
Me ha encantado, Margarita.
Enhorabuena por este excelente relato y por el valioso mensaje que transmite.
Un abrazo.
Muchas gracias, Ernestina. Son motivadoras tus palabras.
Un abrazo.