Imagen de perfilCosas del derecho

Julio Montesinos Barrios 

Fiel a la sentencia que da título a uno de mis viejos vinilos, «cuando la muerte me miró de frente, yo me puse de lao». Funcionó. Salvé el pellejo mientras a mi espalda granizaba una descarga de plomo y piedras que hizo jirones la toga que supuestamente iba a ser mi mortaja. Nadie me ha dado asilo, así que no quedó otra que atrincherarme en el despacho y convertirlo en la última frontera de resistencia. Una demanda de divorcio cogida al vuelo y la tapa frontal del viejo código civil usado en la facultad, sirvieron para taponar momentáneamente la dolorosa herida del costado por la que se me escapa la vida. Fuera, el pueblo entero ruge en pie de guerra. Todo porque gané el pleito contra la salvaje fiesta popular de la quema del sapo. Cosas del derecho…

 

+3

 

Queremos saber tu opinión