¿ OBLIGACIÓN O DEVOCIÓN ?
Ana Isabel Rodríguez VázquezInsistí para que estudiara derecho, como su abuela y como yo. Y así lo hizo.
Se doctoró ‘cum laude’ y comenzó a trabajar en el bufete familiar, pero no parecía feliz en su papel de letrada.
Una noche me contó, con su habitual tono amable, que una amiga le había ofrecido formar parte de un pequeño negocio que estaba poniendo en marcha.
– » De momento le estoy ayudando a gestionar los asuntos legales, pero nunca se sabe…» Dijo arqueando las cejas.
El día que me comunicó que abandonaba el despacho, pronuncié una frase de la que nunca me he arrepentido:
– » Está claro que lo tuyo no es la abogacía, tu sitio está en la cocina».
Y no me equivocaba. Mi hija se ha convertido en una gran Chef, que acaba de conseguir su primera estrella Michelin.
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Muy buen relato, Ana!!!
Tu prota ha pasado del bufete al bufet… con comerse una letra ya ha cambiado de menú, verdad??? je, jeee…
Enhorabuena y te deseo mucha suerte!
Un abrazo
Marta
Muchas gracias, Marta.
Demuestras creatividad hasta en los comentarios.
Jejejeje. Un abrazo fuerte.
Ana Isabel, siempre hay que seguir los dictados del corazón. Muy buen micro. Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Hola, Pilar. Muchas gracias por tu comentario y tu voto.
Un abrazo enorme.
Hola, Ana.
Los padres no debemos meternos en las decisiones de nuestros hijos (como los protagonistas de tu micro). Hay que dejar que los pajarillos vuelen solos…
Enhorabuena, muy buen micro.
Besos y suertísima.
Hola, Towanda. Estoy de acuerdo contigo.
Muchas gracias por tu comentario y tu voto.
Un beso.
Mejor la devoción, está claro. Si no te dedicas a lo que te gusta, a la larga es una tortura. Mi voto y suerte, Ana.
Hola, Eva. Muchas gracias por tu comentario y tu voto. Un beso grande.
Seguro que cuando les pasen la cuenta a los comensales, a diferencia de lo que hacían los clientes al ver una minuta, la pagarán gustosamente, y añadirán una buena propina.
Más vale una cocina que un juzgado o un bufete. Sin discusión.
Suerte, Ana Isabel.
Tienes razón, Manuel. Creo que todos pagamos con más placer a buen cocinero, que a un buen abogado…. O no? Jajaja
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Y fueron felices y comieron perdices cocinadas por una chef con estrella, casi nada. Pues eso, que nada como trabajar en lo que te gusta.
Mucha suerte.
Muchas gracias, Margarita. Un beso grandote.