Imagen de perfilEl golpe de suerte

Anna García Vidal 

Mi hermano siempre tuvo suerte. Tiene, tiene suerte, me equivoqué de verbo. Cada decisión era la correcta y cada casualidad, un regalo. Crecer a su sombra no fue fácil pero lo hice, siempre con el temor a que mis padres me llegaran a repudiar. Sí, le tenía envidia pero no, no quise matarle. Es que… se le veía tan seguro de sí mismo quitándose la camisa para meterse en el río… sólo quise asustarle y que todos nos riéramos de él, por una vez. ¿Cómo iba a pensar que la piedra le daría de lleno en la cabeza? ¿Está usted loco? ¡Él siempre tenía suerte! Nadie lo hubiera dicho, yo no lo hubiera dicho. ¡Es la primera vez en toda mi vida que soy yo el que sale victorioso! Y ni siquiera puedo celebrarlo. Abogado… No tiene por qué contestar pero ¿cree usted que me perdonará cuando termine la convalecencia?

 

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