EN CASA DEL HERRERO…
Almudena Horcajo SanzPresumíamos de ser unos profesionales de éxito. No teníamos secretos, era imprescindible trabajar a fondo cada caso. Con total dedicación, perdidos entre libros, devorábamos el tiempo estudiando leyes y procedimientos, redactando recursos, asistiendo a juicios… Siempre pendientes de resolver los conflictos ajenos, los de casa se resolvían a golpe de silencio, y aunque por lo bajini nos convertíamos en severos jueces del otro, nunca tuvimos ni un simple careo.
Ahora que tú has sido más rápido en marcharte, rescato de los recuerdos, risas y llantos, los pongo en la balanza y el resultado es desolador. Aunque lo nuestro ya no se pueda reparar, me estoy planteando escribir una guía práctica para la vida privada de los abogados.
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Consejos vendo, que para mí no tengo… Esa guía práctica o un código de conducta para abogados en sus ratos libres son tan necesarios como los manuales y códigos jurídicos. Desde luego.
Suerte, Almudena.
Muchas gracias por tu comentario Manuel. Suerte para ti también.
Esa guía práctica podría hacerse extensiva a más profesiones, posiblemente a todas.
Qué historia más bien condensada.
Un saludo, Almudena.
Muchas gracias Margarita.
Un saludo