Imagen de perfilVamos a ser prácticos!!!!

ROBERTO MORENO ANGUITA 

El caso era más sencillo que jugar de farol. No había inmuebles que peritar, ni hijos que mantener. Solo una atribución del uso de la vivienda familiar. El pacto entre abogados, momentos antes del juicio se materializó antes de que pasase una estrella fugaz. Sólo quedaba entrar en aquel refugio que existe en el juzgado, llamado sala de vistas, donde ya nadie te molesta, y están sólo las partes y el árbitro central que decide la contienda. Tomé la palabra para indicar que habíamos llegado a un acuerdo y el Juez me interrumpió.- ¿Es eso verdad, señor letrado?-, preguntó a la parte contraria que asintió con la cabeza. Pues entonces se suspende la vista y se reconduce al mutuo acuerdo. Lo que iba a ser un ahorro de tiempo y trámites procesales se esfumó en un segundo. Ese día comprendí por qué hay tanto atasco judicial en los juzgados.

 

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