Imagen de perfilFELIZ REGRESO

Eva María Cardona Guasch 

Primero de septiembre. Recibo la primera notificación: “… se acuerda despachar ejecución… pendiente de peritar daños…” Seguidamente, un aluvión de decretos, un torrente de diligencias, autos y sentencias. Todo el mecanismo se pone en marcha sin plazo de adaptación. Contribuyo al desbordamiento con una riada de escritos de trámite.
Atrás queda agosto, refugio fugaz, tiempo de ahorro de energía y punto de recarga de baterías. Se acabó jugar al escondite con los clientes y ganar, alejarse de prisas y plazos. Ya he cambiado las chanclas y la crema solar por tacones y maquillaje; el hogar por el despacho. Los colegas y clientes ya ocupan el tiempo que absorbieron el marido, los hijos y los nietos.-¿Nostalgia de vacaciones? .- ¡Qué va! Cuarenta años de abogacía y sigo ejerciendo con entusiasmo. Cuarenta años casada y aún soy una pésima ama de casa.

 

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