Imagen de perfilEL LETRADO ANTONIO. EPÍLOGO.

SANTIAGO MESSA POULLET 

Había llegado el momento de colgar la toga.
El Colegio le tributaba un homenaje por una vida entregada al ejercicio de la abogacía con un acto de reconocimiento profesional y personal en el salón de actos del paseo de la Farola. El aforo, repleto de sus exclusivos y dignos clientes que en algún momento de su vida precisaron al letrado. En primera fila, diversidad: Rosario con sus mejores galas, junto a Salvador…y tantos más, que aclamaron ruidosamente a su docto amigo. En pleno acto sonó el móvil del letrado Antonio que descolgó en un confuso ejercicio de responsabilidad.
Tras colgar se dirigió con seguridad a los presentes:
– Lo siento, es urgente, una patera cargadita está doblando la bocana del puerto, hay que asistirlos y es mi último turno de guardia. Otro día lo terminamos.

Y el letrado Antonio, ovacionado, salió en busca de fortalecer y dignificar nuevos clientes.

 

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