Imagen de perfilEn tela de juicio

Gabriel Pérez Martínez 

Una musa entró en mi despacho. Alegaba que un escritor había roto su alianza con ella narrando lo contrario que ésta le sugería, además de mostrar una total falta de solidaridad con los personajes: a las brujas, las acusaba de las desdichas de sus cuentos cuando, en realidad, pretendían fortalecer al pueblo enseñándole sus conocimientos o sanándolo de enfermedades. También se resistía a dar su apoyo a los lobos, padres adoptivos de Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad del amor. Pero su mayor odio lo manifestaba contra los dragones, olvidando que en su última historia debían derretir el hielo que en pleno mes de agosto, debido al cambio climático, congelaba el hemisferio norte.
Convencido de sus argumentos, presenté una demanda en los juzgados, pero el autor no quiso cooperar: negaba la existencia de mi clienta y yo, que jamás había escrito antes, tuve que aportar como prueba este microrrelato.

 

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