Tras la toga
Javier Sánchez BernalEl abogado solicitó que la guarda cautelar de los hijos correspondiera a su padre, pero el juez continuaba renuente a sentenciar en su favor. Todo parecía indicar que aquel proceso de divorcio sería largo, complejo y encarnizado. Los padres del chico, cada uno a un lado del estrado, ni siquiera se miraban a la cara. Al salir de la sala de vistas cerró los ojos y se recordó: “rendirte nunca fue una palabra en tu glosario”. ¿Qué podía hacer para cumplir las expectativas de su cliente? Se perdió entre los pasillos del Juzgado, dispuesto a volver a su despacho de la calle Alcalá, cuando fue testigo de una escena que lo dejó helado: aquel niño, el verdadero perjudicado por la necia disputa de sus progenitores, consolaba a su padre, recordándolo cuánto lo quería, mientras abrazaba a su madre. Aquel pequeño era el único héroe en aquella guerra absurda.
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Javier, en un caso de divorcio, los niños tienen más sentido común que los padres. Buen relato.
Besos y suerte.
Muchas gracias, Pilar.
En efecto, en muchas ocasiones los niños se convierten en ejemplo para sus padres. Es lo que traté de contar en el microrrelato.
Muchas gracias por tus palabras. Besos
Hola, Javier.
Me gusta muchísimo el tono de tu micro. Los hijos, esos grandes perdedores en tantos casos de divorcio, merecen tener su voz.
Suerte!!
Muchísimas gracias, María Sergia.
Por supuesto, merecen tener voz y, en ocasiones incluso, deberíamos tomar muy en cuenta sus deseos. A veces, nadie mejor que ellos para resolver el conflicto.
Gracias por el comentario.