MOTIVACIÓN
ÁNGEL SAIZ MORALa camarera había sido despedida tras el cambio de uniforme estival, cuando quedó al descubierto un gran lunar en su pierna izquierda. El propietario del restaurante alegaba como derecho la exigencia de estrictos requisitos estéticos a sus trabajadores.
Muchas personas quisieron asistir al juicio, que tuvo amplia difusión mediática. No hubiese suscitado tanto interés de no haber sido por la adecuada orientación del abogado. Sabía de lo que hablaba. Demostró que una buena oratoria, unida a su oficio, puede persuadir y conmover. Habló de esa peculiaridad cutánea como de un estigma que hacía vulnerable a su clienta, por los prejuicios de una sociedad enferma. Supo argumentar que de una sentencia racional, en defensa de la justicia, todo el ser humano sería beneficiario.
Lograda una elevada indemnización por despido improcedente, el letrado se quitó la mascarilla. Todos vieron aquella mancha de nacimiento junto a sus labios, mientras esbozaba una sonrisa.
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Un letrado que sufre en sus carnes el mal de la clienta, así sabe bien cómo se siente. Que importante la empatía y la implicación en la resolución del caso.
Gran relato, amigo.
Suerte con él.
Votado.
Un buen profesional, como también una buena persona en general, debería saber ponerse en la piel de otra persona. En este caso, un detalle común contribuyó a que hiciese aún mejor su trabajo.
Muchas gracias, Yolanda.
Un abrazo
Gran relato, como siempre Ángel. No pierdes ocasión para sensibilizar y plasmar negro sobre blanco las debilidades de esta sociedad enferma de ufanía y autocomplacencia. Enhorabuena, mi voto, y un abrazo
Tenemos mucho que aprender. Cuando parece que no somos capaces de obrar como se debería, e incurrimos en graves errores, los juzgados pueden ser la opción que equilibre actitudes injustas.
Muchas gracias, Nicolás.
Un abrazo
Un relato estupendo, Ángel.
Mucha suerte, compañero.
Ahí va mi voto y un fuerte abrazo.
Muchas gracias por leer y comentar, Ana Isabel.
Suerte también con tu buen relato.
Otro abrazo grande para ti
Mi enhorabuena y voto, Ángel. Como dice Nicolás, el texto es una bofetada a la autocomplacencia de esta sociedad enferma. Suscribo. Un saludo.
Se supone que, poco a poco, evolucionamos, pero aún perduran actitudes que no deberían admitirse.
Muchas gracias, Francisco Javier.
Un saludo
Un letrado que sabe de lo que habla. Esto me trae a la cabeza lo de ponerse en la piel de los demás antes de entrar en valoraciones (estúpidas, a veces).
Qué importante es la empatía, queridísimo Ángel. Con un poquito de ella en el desayuno y en la merienda seríamos mucho mejores personas y sobrarían un montón de normas.
Un abrazo enormísimo.
Que ligeros seríamos si nos desprendiéramos de todas las cargas de prejuicios. Serían necesarios menos juicios, pero los abogados no les faltaría el trabajo, por ello, siempre hay causas con las que lidiar. A veces se consigue, el de este relato es un buen ejemplo.
Mil gracias, Towi.
Un abrazo grande
Una historia sencilla y emotiva que puede parecer pequeña pero que es grande por todo lo que nos transmite. Sufrir en las propias carnes las cosas nos hace entender mucho mejor a los demás, eso es cierto.
Enhorabuena, Ángel! Muchaa suerte y un abrazo.
Además de la indemnización, a ese empresario demasiado exquisito le hubiera venido bien retroceder a la infancia y haber tenido que vivir con un estigma parecido. Y quien dice un lunar en la piel, dice también el color de la misma, o cualquier otro detalle.
Muchas gracias por leer y comentar, Almudena.
Un abrazo
Por desgracia, una situación que seguramente se repite demasiado en los juzgados y en la vida cotidiana. Suerte.
Detalle arriba o abajo, en un mundo que todo lo basa en la apariencia, es inevitable que se produzcan situaciones injustas.
Mucha gracias, Juan Antonio.
Un saludo
A ti hasta un lunar te sirve para contar una buena historia. Ya sé que me repito, pero lleva tu sello.
Suerte y un abrazo, Ángel.
Si hay alguien que sabe sacar petróleo, u oro, que viene a ser lo mismo, hasta de las piedras, esa eres tú.
Gracias, Margarita.
Suerte también para ti
Muy buen relato Ángel, es normal que en los casting para actores, figurantes, etcétera, se haga selección, pero nunca para acceder a un puesto de trabajo, por un lunar por ejemplo. Suerte y tienes mi voto. Saludos.
El derecho de admisión de una empresa privada y el derecho a trabajar pueden entrar en pugna. En este caso, al menos, se impuso la sensatez.
Gracias, José Manuel.
Un abrazo
Los estereotipos, las marcas, el aparentar, la imagen… la hipocresía, lo has apuntado con criterio y has puesto el dedo en la yaga y tu abogado tendrá donde batirse. Muy bien narrado y cuenta con mi solidario y mas que justo voto.
Trabajo no le faltó. Seguro que la parte contraria también tuvo herramientas legales a las que agarrarse. Pero como en tantas otras cosas, la motivación marcó la diferencia.
Muy agradecido, Santiago.
Un abrazo
Muy bueno Ángel. Los mejores alegatos son los que sufres en tus carnes. Enhorabuena
Entre un discurso mecánico y otro más humano, capaz de conmover, hay un factor diferencial, que viene dado por saber ponerse en el lugar del otro. Este abogado, en ese sentido, llevaba esa ventaja añadida.
Gracias, tocayo.
Un abrazo
El aspecto físico como eterno factor discriminante. Las mises. Las mujeres florero. La tendencia de la moda… Lo esbozas magníficamente y le das una resolución propia de tu estilo. Ya estás votado.
El aspecto no debería ser algo tan preponderante en la sociedad, cómo si no hubiese otros factores mucho más importantes que, por desgracia, a menudo quedan solapados. ¿Acaso existe algo más denigrante que, como bien dices, una mujer florero?, para ella en primer lugar. ¿Dónde quedan la inteligencia, la sensibilidad, los conocimientos personales?
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Esteban.
Un abrazo y buen verano
Mi voto para tu relato Ángel. Sigues en la ola y nos ilustras muchos meses con tus relatos imaginativos.
Mil gracias, Fernando.
Un abrazo
Nadie mejor que tu abogado protagonista para defender este caso.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Él estaba más motivado que nadie.
Muchas gracias, Pilar.
Besos
Como siempre, te superas en cada relato. Mi felicitación y voto, que ya te otorgué hace días.
Un abrazo,
Por mi parte, intento no desentonar, consciente de las buenas historias e imaginación que hay por aquí.
Mil gracias, Francisco José
Un abrazo
La verdad es que tu abogado protagonista estaba bien motivado para llevar adelante la defensa de la trabajadora. Se ha implicado de forma certera logrando un gran triunfo.
Me ha parecido un genial relato.
Te deseo mucha suerte, Ángel.
Un abrazo enorme.
La preparación, el trabajo y la constancia, con una buena motivación, multiplican su fuerza y resultados.
Muchas gracias, Javier.
Otro abrazo grande para ti.
¿Por qué llamamos “lunares” a esas manchas? ¿Queremos referirnos a posibles influjos lunares? ¿Y los antojos? ¿De dónde surge la creencia popular de que son deseos insatisfechos de las madres embarazadas?
Mi voto, Ángel, ser seráfico.
Es cierto que en torno a esos pigmentos cutáneos existe toda una imaginación montada. a Quien le tocan en suerte, muchas veces, los sufre como un estigma. Y rara vez dejan indiferente. Merecerían un amplio estudio sociológico, psicológico y hasta histórico (por algún motivo todo es esdrújulo. -Realmente estamos rodeados de misterios-).
Muchas gracias, Manuel.
Un abrazo y buen verano
Cuando un abogado logra que se haga justicia con su cliente, está dando pie a que otros, en un caso similar, también puedan conseguirla. En tu historia, además, se entiende que el propio abogado ha sufrido esos prejuicios, quizá no con un despido, pero sí con miradas y comentarios que nunca deberían existir.
Muy bueno, Ángel.
Mi voto y un fuerte abrazo.
Mucha suerte.
Siempre hay alguien que abre camino.
Muchas gracias por tu atenta lectura, reflexión y palabras.
Un abrazo, Gabriel